25 de noviembre de 2014

Las tres salidas de don Quijote

Las tres salidas de don Quijote

La locura de Don Quijote evoluciona en tres fases principales, correspondientes a sus tres salidas. La primera parte (1605) relata las dos primeras salidas por tierras de la Mancha y Andalucía. El peregrinaje por tierras de Aragón y Cataluña hasta Barcelona y su regreso a la Mancha ocupa toda la segunda parte (1615).
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha apareció en 1605 dividido en cuatro partes, distribuciones que las ediciones modernas no mantienen por prestarse a confusión con el segundo tomo, que, con el título de El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha , apareció en 1615.


Primera salida

Primera parte, capítulos 1 al 5. Don Quijote desfigura la realidad y la acomoda a sus fantasías
El hidalgo manchego Don Alonso Quijano, llamado por sus convecinos el Bueno, “se enfrascó tanto en su lectura” que, “rematado ya su juicio” concibe la peregrina idea de hacerse caballero andante, y de “ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros donde, acabándolos, cobrase eterno nombre y fama” con que mereciera el amor de su dama, Aldonza - Dulcinea, una aldeana idealizada por él.
Bajo el nombre de Don Quijote de la Mancha, con armas antiguas y su viejo caballo, Rocinante, se lanza al mundo haciéndose armar caballero en una venta que imagina ser castillo, entre las burlas del ventero y las de las mozas del mesón. Creyéndose ya un auténtico caballero, realiza su primera hazaña liberando a un joven pastor a quien su amo está azotando. Tras una discusión acalorada con unos mercaderes, de la que resulta malherido, un vecino lo auxilia y lo devuelve a su aldea.

Segunda salida

Primera parte, capítulos 7 al 52. Don Quijote desfigura la realidad y los demás le contradicen
Ama, sobrina, cura y barbero han pegado fuego a buena parte de los libros de Don Quijote y tapiado su biblioteca, mientras él se halla convaleciente en su lecho. Ya repuesto, convence a un rudo y ambicioso labrador vecino suyo, Sancho Panza, para que le acompañe en sus aventuras. Ya con su escudero, lucha contra unos gigantes que no son sino molinos de viento; se enfrenta con un vizcaíno, al que vence; da libertad a unos galeotes perseguidos por la Santa Hermandad, que, ingratos, le apedrean; hace penitencia en Sierra Morena, donde escribe una carta a Dulcinea; envía a Sancho al Toboso para que se la entregue; el canónigo y el barbero de su aldea han salido a buscarle; encuentran a Sancho y le impiden cumplir con el encargo de su amo; hallan a Don Quijote y lo devuelven, engañado, a su pueblo, metido en una jaula, dentro de la cual sufre pacientemente la burla de sus vecinos.

Tercera salida

Segunda parte. Don Quijote no es víctima de su fantasía: ahora le engañan los demás
Don Quijote y Sancho inician la tercera salida, encaminándose al Toboso, donde el escudero asegura a su amo que una rústica aldeana montada en un asno es Dulcinea, hecho extraordinario que Don Quijote atribuye a un mago enemigo suyo (el mismo que hizo desaparecer su biblioteca y transformó los molinos de viento en gigantes). Su obsesión será, a partir de ahora, encontrar el medio de desencantarla. Caminando por tierras de Aragón, ya famosos como personajes literarios, amo y escudero llegan a los dominios de unos duques que se burlan despiadadamente de la locura de ambos, hasta el punto de nombrar a Sancho gobernador de uno de sus estados (la ínsula Barataria), cargo que abandonará por razones extraordinariamente juiciosas.
Nuevamente juntos caballero y escudero, para desmentir al falso Quijote de Avellaneda, cambian de itinerario y se dirigen a Barcelona, donde el hidalgo sufre su derrota definitiva luchando en fiera y descomunal batalla contra el Caballero de la Blanca Luna, que no es otro que su vecino, el bachiller Sansón Carrasco, quien le impone como condición regresar a su aldea. Física y moralmente derrotado, Quijote vuelve a la Mancha, de donde partió y, después de haber recobrado la cordura, muere cristianamente en su lecho.

QUIJOTE UNA VIDA DE AVENTURA

Con este "fresco" powerpoint vamos a repasar los aspectos más importantes de la obra.

17 de noviembre de 2014

LOS SIGLOS DE ORO ESPAÑOLES

Esta denominación hace referencia a un período muy brillante en la literatura española que comprende los siglos XVI (Renacimiento) y XVII (Barroco).  

Estas corrientes comparten temas y formas literarias, pero son muy distintas.

LA POESÍA DEL RENACIMIENTO (siglo XVI)


Corriente profunda y compleja que representó el paso del mundo medieval al mundo moderno. Italia fue el foco más brillante del Renacimiento que se constituyó como una nueva cultura basada en la admiración por la Antigüedad clásica y que se difundió por toda Europa s través del Humanismo (corriente que valora al individuo por encima de todas las cosas). El pensamiento humanista liberó al ser humano de la visión religiosa que conformaba el mundo teocrático medieval y reinstauró las ideas clásicas adaptándolas al cristianismo. 



También procede del humanismo el influjo de los pensadores y artistas grecolatinos, especialmente de Platón que modela el nuevo pensamiento que impregna el arte y la literatura de la época.
    
         De Platón provienen ideas como ….
        
             La armonía del universo
                                                                 que el ser humano puede vislumbrar a través de la          
                                                                       naturaleza, el arte o el sentimiento amoroso
              El anhelo de belleza suprema

Los humanistas apreciaron las lenguas vulgares como el latín y el griego, por eso crearon un estilo elegante y natural y recogieron por escrito las manifestaciones de la cultura oral y tradicional.

Autores:
Garcilaso de la Vega: máximo exponente de la corriente universalista de la primera mitad del XVI.
Fray Luis de León: Renacimiento más típicamente hispano que combina lo renacentista con la reflexión moral
San Juan de la Cruz: Con su misteriosa y sugerente poesía mística.


LA POESÍA DEL BAROCO XVII)

 Significa una ruptura con el Humanismo optimista y racionalista, y con las líneas armónicas  clásicas del Renacimiento. Lo que caracteriza el arte barroco son las formas complejas,  contrastadas, inestables y exageradamente ornamentales, cuyo contenido refleja el pesimismo y  la  desconfianza que se imponen en la época. Fruto de esta desilusión es la presencia constante de  temas como:

                   La muerte
                   El paso inexorable del tiempo
                   El desengaño
                   La falsedad ilusoria de lo mundano
  
 Recordemos que el barroco es un período de profunda decadencia económica y social, lo que          acentúa el pesimismo característico de la época.

 En la literatura barroca española se distinguen dos corrientes o estilos: el conceptismo y el    culteranismo. Ambas tendencias aparecen a menudo combinadas y comparten la idea esencial del  Barroco, puesto que tanto la una como la otra pretenden provocar la admiración del lector    mediante recursos efectistas o artificiosos.

 Culteranismo:
  
        1.      la poesía culterana crea imágenes de belleza extrema, brillantes y sensuales;
        2.      hace referencias constantes a la mitología; y
        3.      se expresa con un estilo minoritario repleto de
                                                                           cultismos
                                                                           metáforas
                                                                           perífrasis  
                                                                           neologismos

 Conceptismo:
  
  Se dirige a la inteligencia, a la agudeza mental, ya que se basa en la asociación de ideas o conceptos.

        Gusto por las paradojas, los equívocos, juegos de palabras , elipsis, antítesis…


6 de noviembre de 2014

QUEVEDO y EL BARROCO

“¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!”

“Madre, yo al oro me humillo” 

“Si eres campana, ¿dónde está el badajo?”
“Miré los muros de la patria mía
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados de la carrera de la edad cansados por quien caduca ya su valentía. Salíme al campo: vi que el sol bebía 5 los arroyos del hielo desatados, y del monte quejosos los ganados que con sombras hurtó su luz al día. Entré en mi casa: vi que amancillada de anciana habitación era despojos, 10 mi báculo más corvo y menos fuerte. Vencida de la edad sentí mi espada, y no hallé cosa en que poner los ojos que no fuese recuerdo de la muerte.

5 de noviembre de 2014

EL AMOR PLATÓNICO


¿Recuerdas lo que hemos comentado en clase sobre el amor platónico que tantos y tantos poemas ha generado? Pues después de escuchar atentamente la letra del tema de James Blunt reflexiona sobre la pervivenciancia del platonismo en nuestros días.