6 de noviembre de 2014

QUEVEDO y EL BARROCO

“¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!”

“Madre, yo al oro me humillo” 

“Si eres campana, ¿dónde está el badajo?”
“Miré los muros de la patria mía
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados de la carrera de la edad cansados por quien caduca ya su valentía. Salíme al campo: vi que el sol bebía 5 los arroyos del hielo desatados, y del monte quejosos los ganados que con sombras hurtó su luz al día. Entré en mi casa: vi que amancillada de anciana habitación era despojos, 10 mi báculo más corvo y menos fuerte. Vencida de la edad sentí mi espada, y no hallé cosa en que poner los ojos que no fuese recuerdo de la muerte.

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