si un tiempo fuertes ya desmoronados de la carrera de la edad cansados por quien caduca ya su valentía. Salíme al campo: vi que el sol bebía 5 los arroyos del hielo desatados, y del monte quejosos los ganados que con sombras hurtó su luz al día. Entré en mi casa: vi que amancillada de anciana habitación era despojos, 10 mi báculo más corvo y menos fuerte. Vencida de la edad sentí mi espada, y no hallé cosa en que poner los ojos que no fuese recuerdo de la muerte.“¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!”
“Madre, yo al oro me humillo”
“Si eres campana, ¿dónde está el badajo?”
“Miré los muros de la patria mía
Miré los muros de la patria mía,
6 de noviembre de 2014
QUEVEDO y EL BARROCO
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